A 21 años del asesinato del
reportero gráfico José Luis Cabezas, el diputado provincial, Diego Rovella,
afirmó que "la tragedia de su muerte lo convirtió en un símbolo de la
libertad de expresión al pagar con su vida la libertad profesional de todos los
trabajadores de prensa del país.
Ese "No se olviden de
Cabezas" sigue tan vigente como hace más de dos décadas, y permanecerá así
porque en definitiva más que un recordatorio es un llamado a la conciencia
democrática, a la libertad de trabajo y, sobre todo, marca un hito para señalar
el preciso momento en que se comenzó a visibilizar las mafias políticas y
económicas durante una etapa muy oscura de la Argentina".
El legislador oriundo de La Plata
agregó en ese marco que "sin dudas fue la tortura y asesinato de José Luis
el peor atentado contra la libertad de expresión en democracia y una clara
violación de los derechos humanos porque lo mataron en pleno ejercicio de su
profesión.
Comparto las palabras de su hermana Gladys cuando dice que nos quedó una amarga sensación de impunidad. Paradójicamente, pusieron fin a su vida dos balas de luz, como afirma aquella canción en su memoria, dos balas trágicas que sacaron a la luz un complot maquiavélico entre la política corrupta y un empresario criminal", cerró Rovella.
Comparto las palabras de su hermana Gladys cuando dice que nos quedó una amarga sensación de impunidad. Paradójicamente, pusieron fin a su vida dos balas de luz, como afirma aquella canción en su memoria, dos balas trágicas que sacaron a la luz un complot maquiavélico entre la política corrupta y un empresario criminal", cerró Rovella.